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La derecha endógena y la derecha fascista son las dos caras de una misma moneda. Tan peligrosa una como la otra. Pero la endogéna es mas peligrosa, por insidiosa, porque esta ahí y se hace pasar por socialista, esta ahí y la vemos pero no queremos (o desgraciadamente, no podemos) expulsarla de la revolución. Un ladrón, un estafador, un oportunista, un acomodaticio, no puede ser considerado como revolucionario, ni mucho menos ser catalogado como Chavista, porque todos estos términos son exactamente lo opuesto del ideal de nuestro Comandante Supremo y de lo que es ser en esencia una persona que defiende ideas de izquierda.
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