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¿Existe alguna cosa en la vida que sea mas repudiable, mas soez, mas indignante, mas terrible que dañar a un niño? Al parecer, al estado no le pareció que eran dignos de cárcel (según la nueva ley) los facinerosos hampones que dirigen la empresa Indulac (Miembro de CAVELAC, la cámara de la leche, que por cierto también están en la conjura) cuya avaricia no conoce límites, aún cuando esta comprobado su odio a la revolución y por consiguiente al pueblo, su vil raterismo al esconder un producto vital para el desarrollo de la infancia. Esta visto que definitivamente se la tienen jurada al pueblo por atreverse a votar por una revolución de izquierda. Toda esta mierda de gente, toda esta ralea, esta caterva de malvivientes, se unen en su maldad, con una sola voz, pidiendo con sus acciones y con sus chillidos que haya una situación de violencia que (segun esperan) les devuelva el control de lo que perdieron: El poder sobre Venezuela, que para ellos no era mas que una fuente de groseras ganancias a la vez que una fabrica de esclavos. Nuevamente, desde mi posición de izquierda radical, les recuerdo que la revolución NO ES EL GOBIERNO. La revolución es EL PUEBLO. Pero eso nunca lo entenderán ni el fascismo ni los traidores, hasta que no lo tengan encima.
¡COMUNA O NADA!
¡TIERRA Y HOMBRES LIBRES!
¡VIVA MI COMANDANTE CHAVEZ, CARAJO!
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